Crueles instintos

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Llevo tiempo ahogandome, sin saber donde recuperar el aliento que me falta y en un pequeño rincón que no existe está este pequeño cajón de sentimientos dulcemente gestionados. La verdad que me ha costado dar con el, pero ha merecido la pena recordar, releer y comprender los breves gorgojeos de hace algunos años.

Necesito liberarme de esta carga que han dejado en mi nido, pero mi instinto me condena a seguir con la rutina de protegerlo, aunque no sea mio, aunque me quite mis pequeñas esperanzas. «Mi vida es un cementerio de esperanzas muertas» decía Cordelia, aquella pequeña pelirroja de Tejas Verdes.

Y en mi mente resurgen día tras día dos bálsamos: un hada vestida de púrpura y este lejano recuerdo:

«Hay una leyenda sobre un pájaro que canta solo una vez en su vida, y lo hace más dulcemente que cualquier otra criatura sobre la faz de la Tierra. Desde el momento en que abandona el nido, busca un árbol espinoso y no descansa hasta encontrarlo. Entonces (…) se clava él mismo en la espina más larga y afilada. Y, al morir, envuelve su agonía en un canto más bello que el de la alondra y el del ruiseñor (…) todo el mundo enmudece para escuchar, y Dios sonríe en el cielo. Pues lo mejor solo se compra con grandes dolores… Al menos, así lo dice la leyenda’’.

El pájaro espino o El pájaro canta hasta morir, Colleen McCullough

Catarata Paraíso

Recuerdo con mucho cariño este blog, cada uno de los avatares que lo representan, los post; los que se ven y los que están pendientes, aquellos que se me borraron en el camino y otros con menos suerte a los que yo misma dí la extrema unción…

Ayer le costaba acunarme al sueño y me submergí en maremágnum de youtube y pasé de descubrir la naturalidad del arte de Arnau Griso con su ritmo pegadizo y revitalizador al chorro de voz de Maria Rozalen, siempre valiente y un paso delante de los instrumentos que la acompañan y me quedé en bucle en varios temas, que no podía pasar sin reoírlos una y otra vez. Y ahí asomó de nuevo Carlos, Goñi, Revolver… principio y final de muchas madrugadas online, volví a experimentar esa sensación de arroparme con su voz… hasta que el mismo confesó haber tenido un instante de bajón y, la verdad, me dio sentimiento que un artista que trasmite tanto con su trabajo esté pasando por un mal trago y no poder estar ahí para darle un abrazo. Pero… un hadita, que hoy es ya más grande que yo, me miró con sus bellos ojos azules y me quitó la costumbre de la red, es más, quise compartir con ella no sólo el idioma que ya sabíamos, sino también aquél del que ella tenía raíces y yo no. Así llego un momento que tuve que elegir entre madrugar y trasnochar y los ojitos azules ganaron la partida, por lo que se ha podido ver, pero el cariño con que guardo en estos archivos sigue aquí esperándome y yo….shhh que ya vuelve la bella mariposa a salpicarme con el polvo de sus alas al revolotear.

Published in: on noviembre 29, 2017 at 2:46 pm  Deja un comentario  

Pasos, huellas, pisadas y ,sobre todo, no cesar de caminar.

trayecto

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Tarde, como el conejito de Alicia. Siempre tarde, diez minutos de los que no se salva nadie.

Es como si le fuese robando la vida poco a poco a los que me rodean y esperarme se ha convertido en un reto habitual.

Tarde, como la canción de Arjona, siempre tarde…

¡Ay, qué tarde es!

Y, de repente, en un momento de calma, miro el bello atardecer y me doy cuenta que siempre ando mirando al destino, a la meta que tan alto me marco en el horizonte, mientras el camino se me pasa inadvertido.

Y mirando atrás en el tiempo compruebo lo exigente que soy conmigo, concentrándome sólo en lo que no alcanzo.

¿Y lo que voy logrando con tanto esfuerzo?

El camino, amigo Goñi, el camino que vamos construyendo paso a paso, nota a nota. Día a día, en cada concierto. Cada cual su itinerario.

¡Ay, compañero!, ¡qué cierto aquello que subrayaba Machado!:

Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.

Published in: on junio 28, 2015 at 11:01 pm  Deja un comentario  

Eres esa espinita que en mis pupilas se ha ido a clavar.

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La actualidad, a veces, maneja los hilos de lo que se comenta o se debate en la red. Pero otras simplemente es la escusa para sacar esa dichosa astilla que se lleva clavada en la piel.

Porque la tolerancia es un ejercicio muy difícil de practicar y…¿cómo se llamaba aquello? ¡Ah,si! la empatía, eso de ponerse en lugar del otro.Uff, no aconsejo abusar de ello, porque si  bien es agradable ver que es una actitud que agrada cuando se necesita cierto apoyo, al final ni estornudas para  no molestar al prójimo.

Vale lo confieso, estoy superenganchada al show televisivo del momento. Y es que alucino en colores viendo como somos unos y  otros,  posicionandonos ante cualquier conflicto contra el otro, ese que no es como yo ni me canta el cocoguagua cómo a mi me gusta.

Y hablo en segunda persona porque los responsables ya se han encargado de selecionarlos de todos los tipos posibles. Una buena forma de captar seguidores por solidaridad con el otro que sí que se parece a mi.

Es más, como me cuesta tantísimo hacer o decir nada sin reflexionar, me cuesta llegar a la antípoda de ese actuar. El soltar por la boca sapos y culebras para luego arrepentirse sin más. ¡Ay, quién tuviera esa conciencia banal!

Y luego si te he visto ni me acuerdo, bueno quien dice visto dice dicho.¡Qué le quiten lo bailado!Porque claro dicho está y, en cambio, lo que a ti te reconcome por dentro y que no hace mal a nadie que no seas tú. ¿Eso? Eso es ser muy falso y mal compañero.

He ahí lo que pienso y que tantas veces se queda en el tintero. Esa forma de actuar que aleja al compañero que no entiende lo que siento. Parece que es mucho mejor que te clave los dientes un áspid venenoso, que con el calentón, se queda tan agustito el animal y luego lo mismito le da.

Eso de que prefiero al agua brava y tal y cual.¡Claro que sí!, si estás en el bando de los suyos genial. ¿Pero que hay si no te elige de compañero ideal? Entonces una de dos, prepárate para morir o matar…

¡Habrá que seguir viendo el serial, a ver si aprendo algo más!

 

 

Al sabor de una taza de te.

taza

¿Quién me iba a decir que en poco tiempo mis costumbres iban a cambiar tanto?

El destino es un tanto caprichoso, quizás por eso hoy el aroma estimulante de la infusión me ha devuelto a esta página hace tiempo olvidada. Y es que hasta que no inventen los posts directos desde la substancia cerebral iremos mal de tiempo o de prioridades, supongo. Porque a pesar de que el tamborileo de las teclas me relaje tanto como el líquido que ahora me inspira, también es más cierto que se necesita más disponibilidad temporal para dar por concluído tan placentero momento.

Y es archiconocida mi costumbre de ir debiendo tiempo y mi juego de pitopitogorgorito a la hora de elegir esa tarea olvidada a la que hoy voy a dedicar un instante de mi valiosa atención.

Un instante digital, como el de hoy. Para echar un vistazo rápido a aquellos que lejos he ido enlazando por el camino, sin que ellos sientan la presión de ese interes.

Es lo que tiene la web. No se puede pretender lo que no es y por ello siempre he tratado de disfrutar el momento aunque no siempre ha sido correctamente interpretado.

Ay, tengo que apuntar otro pendiente. La unidad cental de procesamiento necesita que me pare otro rato y revise porque no es nada como ayer, que es un decir. Quien dice ayer dice antes de ayer y para las actualizaciones eso es un siglo.

Se acaba la taza y con ella ese vapor que condensaba mi pensamiento.

Prometo volver aunque no se ni cúando, ni cómo ni porqué.

(Siento las faltas pero el corrector tampoco va, ay güinsss tenemos un problema…)

Published in: on febrero 20, 2015 at 12:47 pm  Deja un comentario  

Lo inquietante de la invisibilidad.

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En un momento de extasis asoma un pensamiento insospechado:

Si el queso está tan bueno cuando es un cúmulo bacteril, ¿no estaremos equivocados nosotros cuando vivimos enfrascados en una cruzada personal para eliminar cualquier vestigio de germen sin tener en cuenta ningún dato más sobre ese organismo simpar?

Ummm, habrá que volver a considerar que huele bien o mal de lo que es un sabor natural o artificial sino quiero que me tachen de elemento no grato para la sociedad.

Juas, juas.

Published in: on enero 21, 2015 at 2:49 pm  Deja un comentario  
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Esa hoja caduca que todos los años se deja caer ante mi con ironía.

Tanta

Es sorprendente la terquedad de esa hoja que a pesar de caer una y otra vez, víctima del capricho de la madre natura, vuelve de nuevo a intentarlo año tras año. Y yo con ella sigo el mismo camino. Y, tal que ayer, vuelvo mis ojos a su contorno, viéndola de nuevo desfallecer. Aún así soy incapaz de pensar que no es de nuevo ella, que se asoma y que se esconde. Al igual que yo voy y vengo día tras día por el mismo camino y repito el gesto de elevar mis ojos a su morada habitada unas temporadas y otras ausente. Hoy, sin darme cuenta, le he comentado en voz alta:

-«Es desesperante la rutina, amiga.»

Mientras mi venerada compañera curvando su borde hacia arriba, pizpireta y a la vez exhausta, ha caído a mis pies.

Soy aunque no quiero serlo.

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Siempre hay un día uno, aunque en la mayoría de los casos esas primeras veces quedan olvidadas en los laberintos de la memoria.

Recuerdo la existencia de ese primer momento, aunque tal cual hoy sólo recuerdo la soledad ante el espacio abierto.

Porque nuestro despertar a la vida casi siempre lo experimentamos en primera persona sin ser conscientes de que hay otros que nos han ayudado a ser. Luego nosotros mismos vamos eligiendo a aquellos que nos acompañaran en el camino.

Queda puesto hoy de nuevo el punto y seguido a aquel proyecto que emergió tímido y sin consciencia de serlo.

De verdad, lo siento.

Malhena.

 

 

Sólo se ve bien con el corazón; lo esencial es invisible para los ojos.

En esta vida on-line llena sobretodo de risas y bromas, hay momentos en que un click hace que todo cambie y sin saber ni cómo ni porqué las lágrimas cobardes asoman a competir con las risas.

Hoy es una madrugada de esas en que me es imposible retirarme sin dejar esta pesada carga en algún lado.

Un enorme corazón que por mucho que intento arropar siempre hay quien sin quererlo o sin saberlo lastima. No los culpo, yo todo lo hago con la mejor intención posible. El resto seguro que actúa del mismo modo.

Malentendidos unas veces, encontronazos en otras, silencios… siempre me duele sobre todo el silencio porque creo que hablando siempre podemos acercar posiciones.

No quiero que nadie lastime a mi indefenso corazón por eso lo protejo contra viento y marea.

¿Me acusas de ser esquiva, despegada y mil calificativos parecidos?

Pues esta es la única razón.

Esas lágrimas que pocas veces son capaces de ganarme la batalla cuando yo llevo el mando, delante de esta pantalla líquida… siempre triunfan.

Nada que no se pueda solucionar con un par de tiritas y unas horas de sueño.

Buenas noches ozú!

Published in: on julio 27, 2012 at 2:18 am  Deja un comentario  
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Asusta pensar que acaso las admiraciones más sinceras que tenemos son las de personas que no nos han comprendido.

La red la construimos personas, inevitablemente siempre dejamos algo personal en las páginas que frecuentamos, somos una muestra representativa de la sociedad y como tales se dan todo tipo de reacciones.

Si a esa misma red le añadimos el calificativo de social implica la relación de unos con otros y siendo tan dispares en nuestras formas de ser, no tardan en llegar los malentendidos.

Muchas veces esos malentendidos son generados por auténticos provocadores, que con su actuación diabólica dan al traste con el buen ambiente de blogs, foros y salas de chat.

Nunca he entendido que sacan de la confrontación con los demás participantes, ni el porque de intentar arruinar reputaciones con falsas acusaciones, ni el porque de que den a conocer datos personales, fotos y falsos testimonios. Una manzana podrida en un cesto lleno es capaz de arruinar el pedigrímás selecto. Porque si bien es cierto que la mayoría de los usuarios vemos la conexión como un acto lúdico y por tanto a la primera amenaza lo normal suele ser pinchar en la cruz y a otra cosa mariposa.

«No hay mejor desprecio que no hacer aprecio» es la máxima que siempre me han aconsejado seguir en tales casos. Si se lleva a cabo lo normal es que los saboteadores aburridos de no conseguir su objetivo renuncien a la batalla…

Pero esa es la teoría, la práctica indica sembrar la discordia es la forma de lograr que participe toda la concurrencia, en fin… El mundo estaba antes de nacer yo y seguirá cuando yo ya me haya ido, y las cosas seguiran siendo de una forma sobre el papel y de otra sobre la marcha.

Pd. Mi intención primera había sido otra, la de hablar justo del tipo contrario de personas por eso el título…

Pero el teclado siempre tiene vida propia y escribe con mis dedos lo que le da la gana.

Mil perdones…

Published in: on agosto 27, 2011 at 2:15 am  Deja un comentario